MARATÓN CAPÍTULO FINAL (4/4)
LA BODA
Formamos fila junto a la gran entrada de la iglesia. Estoy nerviosa por saber que hay una cantidad considerable de personas dentro. Me aconsejaron que lo compare con un concierto. Cantar frente a una multitud no es tanto problema para mi, pero caminar hacia el altar con la tensión de no tropezar o hacer un papelón frente a personas que conozco me aterra. Inspiro profundamente estrujando el ramillete en mis manos. Si estoy así de nerviosa ahora, no me quiero imaginar lo que será en mi propia boda.