Unas caricias en el rostro me despiertan, dormir con Harry definitivamente tiene sus beneficios. El dorso de sus dedos se deslizan suavemente sobre mi mejilla hacia arriba, abajo y de nuevo arriba. Se siente tan bien que decido mantener los ojos cerrados.
Aparta un mechón de mi cabello detrás de mi oreja
- Sé que estás despierta- susurra.
No puedo aguantar mi sonrisa y abro tentativamente un ojo a la vez, tratando de acostumbrarme a la luz de mi última mañana en Australia.